Este es el caso de una pareja de adultos mayores, él 74 y ella 72 años de edad. Ambos se conocieron siendo muy jóvenes; por aquella época, entre el juego y la exploración propios de la edad, los dos se iniciaron en una actividad que por entonces era divertida, fumar cigarrillos.
Varias décadas han transcurrido desde entonces; a lo largo de sus vidas, ambos han podido superar verdaderos obstáculos hasta alcanzar una superación personal
admirable. Él controló su adicción al alcohol y los somníferos (pastillas para dormir), debido a su participación activa en grupos de autoayuda; mientras que ella logró superar una condición
dramática de sobrepeso, gracias al tratamiento de una Nutrióloga y a un programa de ejercicio físico recomendado por un entrenador profesional. Además, en años recientes, ambos lograron
estabilizar una armonía familiar que se había deteriorado con el paso del tiempo, asistiendo a terapia sicológica.
Con dos hijos y cinco nietos, todo parecía ir bien para este matrimonio, a no ser porque la adicción al tabaco (nicotina) había alcanzado niveles alarmantes para
ambos. El hecho de que sus exámenes médicos no habían detectado ninguna afección respiratoria, y que sus respectivas presiones arteriales se encontraran en el rango de “normal”, se había
convertido, aunque parezca absurdo, en una amenaza para ellos, ya que no consideraban que existiera una verdadera motivación para realizar un cambio. Cuando llegaron a mi consulta, la razón que
declararon en el formulario de admisión para solicitar mis servicios fue: “Fumar un poco menos”. Era evidente que ninguno de los dos consideraba la posibilidad de suspender el hábito de forma
definitiva.
Yo les expliqué que, aunque la Hipnoterapia había logrado, con evidencia científica, ser un medio efectivo para superar el hábito de fumar tabaco, existía la
posibilidad de que ese cambio no sucediera si no existía una verdadera motivación, así como una férrea determinación de trabajar conjuntamente con el terapeuta y predisponer la mente
subconsciente a seguir instrucciones. Así fue como iniciamos un programa de recuperación de forma individualizada.
Durante las dos primeras semanas, ambos lograron reducir el consumo en un 50%; sin embargo, al finalizar el mes de tratamiento, él había vuelto a su consumo normal,
el mismo que había mantenido a lo largo de casi toda su vida. Por medio de la técnica de Regresión de Edad, descubrí que él había pertenecido a una familia de fumadores compulsivos, y que su
padre le había ofrecido una “probadita” en varias ocasiones para que “se hiciera hombre”. Esto, aunado a una profunda admiración y respeto por la figura paterna, modelo de conducta masculina para
aquel niño, representó para mí un valioso elemento terapéutico. En el caso de ella, utilizando la misma técnica de regresión, descubrí que se había iniciado en el hábito de fumar para complacer
(y conservar) aquel novio de juventud de quien se había enamorado profundamente, y para quien fumar representaba ser por fin adulto, importante, pero, sobre todo, “muy hombre”.
En Hipnosis Clínica de Arizona, nuestra terapia está totalmente enfocada en los deseos de cada cliente; por eso, después de un tratamiento que podría considerarse
exitoso, él se mantuvo firme en su propósito inicial de únicamente “fumar un poco menos”, de tal manera que, en la actualidad, ha disminuído el número de cigarillos diarios en un 75%; mientras
que ella, después de conocer las motivaciones escondidas en la infancia de su esposo, así como las de ella misma, originadas en su juventud durante aquel noviazgo, se ha liberado en un 100% de su
adicciٕón.
Si usted jamás lo ha intentado, o si ya ha probado otros métodos sin obtener los resultados deseados, probablemente la Hipnoterapia sea la solución para su adicción
a la nicotina.